Foto cortesía José Voglar |
Este jueves 16
UNA MISA PARA PEPE
GARCÍA
·
Familiares y amigos
se darán cita en la Iglesia de Paraguachí a las 5 de la tarde
Este
jueves 16 de octubre, se cumplen tres años del fallecimiento del artista del
barro y el fuego José Pepe García, quien
fuera Patrimonio Cultural Viviente del estado Nueva Esparta. Por tal motivo se
celebrará una misa en su memoria, a las 5:00 pm en la Iglesia de Paraguachí.
Con la muerte de Pepe García, la cultura
margariteña perdió a uno de sus baluartes. Canario de nacimiento y margariteño de corazón, Pepe García llegó de
otro continente, hace más de cuatro décadas. Aquí vivió la mayor parte de su vida, recorriendo
caminos, recogiendo vivencias, conociendo la historia, la tradición y el sentir
venezolano, más aún el sentir margariteño, moldeándolo, en el barro y
enmarcándolo en maderas centenarias. Aquí creció como artista haciendo esta
tierra suya, así como su historia, cultura
y tradiciones.
Pepe
llegó a Venezuela en una época en que vivir en España se había hecho muy
difícil, buscando nuevos horizontes viene a Caracas, luego a Puerto La Cruz y
finalmente a Margarita. Al principio, se estableció en Porlamar, donde tuvo una
tienda en la que vendía sus artesanías. Luego conoció el Cercado y comenzó a
trabajar con los artesanos: ”Era como un intercambio, les daba la técnica, pero
siempre me gustaba que hicieran lo que sentían,
nunca estuve en ninguna escuela siempre lo hago como lo siento” dijo en
una entrevista.
Creador del Museo de Taguantar
Más
tarde, llegó a Juan Griego, donde
instala su Taller de Arte Popular “Así con las Manos”. Recorrió el país
recogiendo piezas de arte durante 30
años y fundó el Museo de Taguantar, conocido hoy como Pueblos de Margarita,
Trabajó sin descanso y levanto con barro,
agua y fuego 7 casas representativas de las regiones de venezolanas, con todo
tipo de objetos propios de su artesanía y cultura, para preservar en el tiempo
y en el espacio nuestra diversidad cultural.
Problemas de salud, lo obligaron a dejar ese
sueño por el que tanto trabajó, pero su necesidad de crear creció,
consolidándose como el gran artista que
fue. Pepe vaciaba su alma cuando
moldeaba el barro, decía que desde temprana edad hubo una necesidad de estar en
contacto con él. Quizás por eso cada una de sus piezas parece tener vida
propia, cada una es historia, misticismo, tradición, vistas a través de su
alma, como él las sentía.