Pedro Claver Cedeño
El celador de la Virgen
por Manuel Avila (Diario La Hora)
Desde hace muchos años a Pedro Claver Cedeño se le metió en el cerebro la idea de ser el guardián de la Virgen y en sus tiempos de profesor de matemáticas y de periodista asimilado al CNP por sus publicaciones, no olvidó nunca sus compromisos con la Virgen del Valle. No na dejado Pedro Claver de recibir condecoraciones y reconocimientos como profesor y periodista, pues en Margarita a sus cronistas les rinden culto por siempre.
A Pedro Claver le correspondieron momentos duros en su trayectoria profesional y con sus columnas sobre historia y educación ha recorrido los rincones de la Margarita de estos y aquellos tiempos. No puedo dejar de mencionar su actividad sindical donde hizo méritos para ganarse la confianza de la roblera Julia Carmen de Aguilera que le dejó parte de su herencia sindical en los entronizados sindicatos docentes de la isla. Y es que Pedro Claver se entregó a la vida docente por muchos años y siempre vinculado a Mariño y García, dos municipios donde ha laborado y estudiado desde 1954 cuando estudió la primaria en el Grupo Escolar “Monseñor Vásquez” y luego se fue hasta La Asunción para conseguir su título de Maestro Normalista en la Escuela Normal “Miguel Suniaga” en 1958.
Como periodista Pedro Claver Cedeño ejerce el periodismo en todos sus aspectos porque es un hombre de letras a quien nunca le tembló el pulso a la hora de vaciar sustantivos, adjetivos y verbos para describir los acontecimientos en el papel. No se quedó Pedro como hombre inquieto en un solo trabajo y recorrió los periódicos de la isla al abrir fuegos en el Semanario “Sotavento” en Porlamar bajo la dirección de Salvador Ernández, colaborador del órgano divulgativo insular “En Marcha” en el Valle del Espíritu Santo, corresponsal del Diario El Margariteño, Colaborador del Diario El Caribe, colaborador del Diario “Sol de Margarita”, colaborador del Diario “El Nacional” y recientemente con sus crónicas históricas que ilustran al margariteño sobre sus protagonistas y su realidad.
No hay espacio posible para destacar la labor educativa de Pedro Claver Cedeño que hizo de todo en ese campo y lo vimos de cerca llenando la pizarra de números en el CBD Vicente Fuentes de Porlamar, donde por muchos años dictó cátedra sobre algebra y los secretos de las ecuaciones.
Pero donde Pedro Clavel ha disfrutado más ha sido en su trabajo de “Guardián de la Virgen del Valle”, donde Papaíto como le dicen sus hijas pone todo su fe para consolidar y cuidar la imagen de la Virgen marinera. En esos espacios cada septiembre vemos a “Papaíto” haciendo de las suyas con sus trajes de gala y sus corbatas traídas de los armarios de París. Nada como la devoción por la Virgen del Valle como la asume “Papaíto” cada año para orgullo de su familia y de los insulares que tanto lo aprecian. Es que Pedro Clavel es un cultivador de afectos que ahora en sus tiempos de tranquilidad existencial lo encontramos con frecuencia en el Restaurante de Chona en San Juan Bautista sonde entre escoceses y la buena comida muestra el paso por la vida. Todavía sigue “Papaíto” levantando polvaredas y lanzando verbos y sustantivos en páginas que llevan su etiqueta personal para engrandecer la cultura insular.
Después de jubilado de Educación y luego de haber laborado por muchos años en el Consejo de Mariño de otros tiempos, “Papaíto” está entregado a sus labores como decano de la historia en el Diario Caribazo, a sus funciones como guardián de la Virgen y a sus familia a la cual le dedica todos su tiempo para consagrar la célula fundamental de la sociedad. Arriba “Papaíto” y no dejes de soñar porque la vida continúa su curso entre educandos, feligreses y amigos que aprecian la labor de este margariteño insigne que sigue escribiendo la historia de nuestros pueblos como dijo Mario Vargas Llosa “Eso era la historia, una rama de la fabulación que pretendía ser ciencia”.
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