viernes, 18 de octubre de 2013


Cortometraje venezolano Galus Galus participará en Festival de Cannes





El cortometraje animado Galus Galus, dirigido por la venezolana Clarissa Duque, participará en la sección Short Film Conner del Festival de Cine de Cannes, en Francia.
La película recoge momentos de una persona en situación de calle que vive como "una sombra que nadie ve y que hurga entre la basura para ganarse un par de centavos", hasta que una mañana llega una alegría: la amistad.
"Entonces el mundo se acomoda bajo la sombra de un viejo árbol y toda la amistad parece cantar en el aire de la ciudad indiferente, en la ladera de la colina cargada de miseria", relata la sinopsis.
Pese a lo breve de la producción, la historia no termina allí, pues queda en suspenso ante la duración de esta amistad.
"¿Qué fuerzas malignas podrán separar a este hombre de su fiel amigo?", cuestiona la reseña.
La sección Short Film Conner, que se realiza desde 2004, representa una oportunidad para que directores y productores de cortometrajes de diferentes países compartan sus trabajos con la comunidad cinematográfica.
El Short Film Corner, como su nombre indica, es una sección dedicada íntegramente al cortometraje. Este año, se han inscrito mil 728 películas procedentes de 86 países.
Se trata de un espacio para la presentación de las producciones, así como de encuentro entre profesionales. También se promueve la ayuda a los jóvenes cineastas para pasar del corto al largometraje.
Clarissa Duque es también realizadora del documental Tambores de Agua.
teleSUR-Avn-www.festival-cannes.com/jr-AT

Título: GalusGalus
Año: 2013

Financiado por Centro Nacional Autónomo de Cinematografía de Venezuela
Un producción de AWAPRODUCCIONES con la coproducción de MUSICALAB y DPG
Con el patrocinio de PDVSA – La Estancia
Con la colaboración de PDVSA – La Estancia y Alcaldía de Chacao

Sinopsis

Tal vez, alguna una vez, tuvo una familia. Tal vez una vez, alguna una vez, fue amado, esperado y añorado. Hoy sólo es una sombra entre las sombras del día que comienza y que nadie ve. Es una sombra que amanece en la vereda y que hurga entre la basura para ganarse un par de centavos con los envases vacíos y, así, poder sobrevivir un día más, cada día, un día más. Hasta que una mañana, la vida se cruza en su camino. Llega a él la alegría de la amistad en medio de la basura, donde busca reliquias para hacer poesía. Y entonces el mundo se acomoda bajo la sombra de un viejo árbol y toda la amistad parece cantar en el aire de la ciudad indiferente, en la ladera  de la colina cargada de miseria. Y se cruzan mares imaginarios, y los papagallos juegan en el cielo de una urbe que, ahora, se mira de manera nueva, descubriendo la gracia del cotidiano vivir.

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