viernes, 1 de marzo de 2013


La única manera de salvar a la sociedad es a través del arte”

Rolando Peña es conocido en el mundo de las artes plásticas como El Príncipe Negro. Los proyectos en territorio insular hoy día son su motivación.
Jennifer Hrastoviak
Rolando Peña no pasa desapercibido.
Foto: CORTESIA
 Vestido de negro como es su costumbre, Rolando Peña no pasa desapercibido. Este artista venezolano irreverente y extrovertido se hace notar. Su carisma y su manera de expresarse dejan entrever a un “loco” que, lejos  de sentirse ofendido le complace llamarse así, pues a su juicio, son los locos los que salvarán el mundo.
Este visionario que empezó en el mundo de las artes en 1958 con una actividad teatral en el Liceo Andrés Bello y como oyente a la Escuela Cristóbal Rojas, hoy es reconocido por su trabajo con el artista plástico y cineasta estadounidense, Andy Warhol. Su trabajo en los ochenta con el concepto del petróleo: línea de investigación, que abarca grabados, dibujos, cine, performances, instalaciones, videos, cine, fotografías, esculturas monumentales y experiencias con el lenguaje de la computación, le dieron otras perspectivas a su obra, por lo que hoy día es considerado una institución del arte en Venezuela.
-¿Quién es Rolando Peña?
-Rolando Peña es esta persona frente a ti. Rolando Peña es eso, una persona auténtica que cree en el arte, en la poesía y el amor.  Que cree que el arte es lo que te libra del desastre, por fortuna existe el arte para librarnos de una cosa tan espantosa como lo es la verdad. ¡La verdad es una mierda, es la cosa más embustera que existe!
-¿Por qué es tan importante la participación de Rolando Peña en los proyectos insulares?
- Porque yo creo mucho en lo que hago y tengo mucha fe en la gente que hace, tengo fe en el arte,  tengo fe en los locos.  La única gente que realmente va a salvar la humanidad, somos los locos. El gran daño de la humanidad son los burócratas, que son los que paralizan las cosas, nosotros no, somos gente que estamos abriendo puertas y ventanas; pienso que la única manera de salvar esta sociedad que está tan podrida. Todo lo que está pasando en el mundo, en España y Venezuela, todo lo que pasa con la cosa de la economía es por los burócratas que son unos delincuentes. La única esperanza que tiene la humanidad, es en las artes y los comunicadores sociales que son importantísimos, porque son los nuevos historiadores del mundo, son los que están constatando y escudriñando lo que hacemos nosotros, los supuestos locos, que de locos no tenemos un “carajo”, todo lo contrario.
-¿Por qué te consideras loco?
-Yo desde que salí del vientre de mi madre y lo primero que dije fue ¡locura, arte, poesía! y cuando me pusieron un pañal blanco empecé a llorar, hasta que me lo cambiaron por un pañal negro, nunca en mi vida he usado otra cosa que no sea negra, ni uso interiores (risas).
-¿Desde entonces te dicen “El Príncipe Negro”?
-El Príncipe Negro comenzó en Nueva York por Andy Warhol. Yo siempre estaba vestido de negro con una capa negra, en el pelo una cola de caballo, amarrado, eso comenzando los años 60, cuando me fui de  Venezuela para salvarme de este disparate, pero, a pesar de todo, como nací aquí yo quiero trabajar en el país. Conocí a Warhol en el año 63, después me regresé a Venezuela, me devolví a Nueva York e inmediatamente comencé a trabajar en La Factoría y unos amigos me dijeron que Warhol preguntaba por mí y ahí comencé a hacer películas con ellos y desde entonces inició la mitología.
Rolando Peña sencillo como se ve, se ha codeado con grandes figuras como Bob Dylan, Marta Graham, Merce Cunningham, Allen Ginsberg y hoy día tiende su mano en la ejecución de proyectos locales.
 Tomada de El Sol de Margarita

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