miércoles, 15 de mayo de 2013


Luis Fernández se hizo su destino en esta Isla que le impactó a primera vista

Aparte de enamorarse de Margarita apenas pisó el territorio insular hace 50 años, Luis Fernández encontró el amor y se casó con una gracitana, junto a quien formó familia. Aparte de su rol de padre y esposo, ha sido exitoso comerciante.
Yanet Escalona


Relata lo que ha sido su vida.
Foto: JOSUE STEIN
A los 18 años salió de su casa en El Pilar, estado Sucre, con la finalidad de buscar empleo y un futuro mejor. A esa edad ya tenía la certeza que la agricultura, de la cual vivía su padre, no era su destino. Trabajó entonces como vendedor en una empresa de pinturas, creó un colegio en El Tigre, estuvo en Carúpano y se inició como agente viajero para las ventas. El muchacho tenía madera para los negocios y hacia allí encaminó sus pasos.
Como agente viajero le correspondía visitar varios estados entre estos Nueva Esparta. A su llegada a Margarita tuvo el primer flechazo con la región.
-Cuando llegué a la Isla sentí una emoción muy grande y le dije a mis compañeros de trabajo: “Aquí me quedo y me caso”. Ellos me preguntaron y ¿qué harás para mantenerte? Respondí “Aunque sea barriendo las calles me mudo para acá” y así fue.
Hasta ese momento no tenía la candidata, pero unos meses después pasando por Altagracia conoció informalmente a la margariteña de su corazón, Carmen Martínez, con quien se casó hace 46 años. Con ella ha formado un hogar y tienen  tres hijos: Martha Adelina (44); Víctor Luis (42) y Carmen Carolina (39).
-¿Cree en el destino?
-Pienso que el destino se lo hace el ser humano. El destino inexorable no existe. Se lo hace uno en el camino, en lo que se llama el libre albedrío o la firme voluntad. Por ejemplo, si una persona se comporta mal y actúa en contra de los demás, entonces no es su destino; está labrando lo que quiere para sí.
-¿Qué recuerda de El Pilar, su tierra natal?
-Tengo muy buenos recuerdos. Este es un pueblo bello, con mucho verdor y rodeado de colinas, ubicado a 25 kilómetros de Carúpano. Tiene cerca el Parque Nacional Turuépano, muy visitado.
En la isla de Margarita Fernández se ha desempeñado muy bien en el comercio. En sus inicios trabajó con Grimaldo Castillo, uno de los fundadores del puerto libre, quien además tenía venta de muebles y artefactos eléctricos, además de tienda de puerto libre. Fue su jefe de ventas y años después se independizó y fundó en Juan Griego, en 1974, a Muebles Juan Griego, negocio que aún tiene en la ciudad crepuscular.
-¿Qué cualidades debe poseer un buen vendedor?
-Ser optimista, muy respetuoso, tener sentido de la administración y de la organización. Ningún pesimista puede triunfar en esta área. Tampoco los desleales con sus clientes. Siempre ha existido el llamado “pájaro bravo” quien se la da de vivo, pero una persona así nunca logrará su objetivo, ni obtener verdaderas ganancias. En la Margarita de antes todos se conocían y era difícil un mal proceder, sin que los demás se enteraran. Ahora hay más comercio y todo puede pasar, pero aún así siempre hay que tener un buen desempeño y la honorabilidad.
Adopatado en Juan Griego
El vínculo afectivo de Luis Fernández con Juan Griego es total e incluso muchos creen que es nativo de esta población, al norte de la Isla. “Para mí es algo bello. Con Juan Griego yo vibro y Juan Griego vibra conmigo”, recalcó sonriente.  “Claro, cuando comencé las ventas en el pueblo eran pocas y entonces tenía que desplazarme a La Asunción, el Valle de Pedro González, San Juan Bautista y La Vecindad. En Juan Griego apenas hacía el 10 por ciento de todo lo que se vendía. Era una región tranquila, todavía con compras eventuales y sistema de apartado. La he visto evolucionar”.
En su facetas Luis Fernández también se ha destacado como dirigente gremial de la Cámara de Comercio, directivo de la Sociedad Benefactora de Juan Griego, municipio Marcano,  y del Club de Leones en su labor social, con  apoyo a causas nobles.

Tomado de El Sol de Margarita

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