San Juan: entre el paisaje y lo dulce
La isla de Margarita no es solo playas. Conocer espacios montañosos como los de San Juan es una buena opción turística.
Andreína Moros Machado
Las Pozas de San Juan cuentan con espacios ideales para pasar el rato. Los más audaces pueden hasta echarse un refrescante baño
Fotos: GENESIS TORANI
A unos 30 min de Porlamar, San Juan cuenta con todo lo necesario para un día de turismo neoespartano, diferente a las playas acostumbradas.
Pese a la modernidad de la infraestructura de las casas, la zona aún conserva mucho de lo que se tiene en mente como “pueblo”.
Gente sentada a las afueras de sus casas, a orilla de calle, personas amables dispuestas a explicar una dirección siempre con el “ahí mismito, eso queda derecho derecho, por acá cerca”, aunque el sitio buscado implique un buen trayecto por recorrer y no esté tan cerca como se cree, gastronomía típica que en este caso es dulcería, un clima distinto al usual del resto del estado y vegetación y pasaje de montaña.
San Juan es -entre otras cosas- olor a humedad y tierra mojada, es sonido de agua cayendo, es clavitos de especias con sabor a dulce de cereza, jalea de mango e icacos. Es sombreros de palma sobretodo es frescura de montaña.
A las afueras de las casas los productores y vendedores de dulces instalan sus mesas improvisadas y montan el tarantín. Los comensales llegan y es común que en plena vía se estacionen para hacer su respectiva compra.
El estimado de costos de las diferentes delicias es de Bs. 25 el pote pequeño. Así lo indica Josefina Salazar, “ñera hasta la sangre” y quien junto a su hija Sandra realiza para la venta los referidos platillos.
Salazar refiere que también los hace de merey, icaco, puma laca. El proceso de preparación para estos, la jalea, la cereza y la lechoza es el mismo. Se sancocha la fruta, se hace el sirope y ahí se sumergen los trozos de fruta. Eventualmente -cuando consiguen también hacen de “pepino chino”.
DULCE SIN DULCE
Por problemas con la adquisición de azúcar, la mayoría de los vendedores tienen la producción “parada”.
Desde diciembre no se ha regularizado la venta por falta de azúcar, principal ingrediente además de la fruta.
Quienes la consiguen venden los dulces más caros, quienes no, simplemente esperan ansiosos de normalice la situación.
Tomado de El Sol de Margarita
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