Conversando con el
maestro
UNA MIRADA AL
HORIZONTE
· Recorrido por la vida y obra de Ramón Vásquez Brito
(Desirée
Depablos/ CNP 4.762) Un
29 de agosto hace 86 años, nació en Porlamar, el maestro
Ramón Vázquez Brito, uno de los más destacados artistas de la plástica
nacional, quien al igual que Reverón y Cabré, tomó el paisaje como fuente
inspiradora. En su caso, el paisaje marino,
lleno de transparencias celestes, azules y blancos que mezclaba, en horizontes
bañados de luz, horizontes de aguas
brillantes y calmadas que desde su infancia fueron su musa. Horizontes que
pintaba cada mañana de su vida con una disciplina casi religiosa. Horizontes
que quedaron grabados en su memoria por siempre.
El paisaje marino tema reiterativo en su obra,
tiene origen en sus primeros años de
vida. El tiempo en el que vivió con su
abuela en la isla de Coche, en “La Uva”, lo marcó como algo muy especial y
solía recordar “La casa de mi abuela estaba en una colina y yo bajaba todas las tardes, a sentarme en bajo
uvero a contemplar el mar”. Ese recuerdo quedó plasmado en “Las Tetas de María
Guevara”, óleo que define el inicio de su tendencia paisajística, en el año
1966.
A continuación
una entrevista que realicé al maestro Ramón Vásquez Brito en el año 2010.
-¿Cómo fue su infancia?
-Estudie en la Escuela Mariño, Omar Carreño era mi
compañero, mi maestra fue Angelita Salazar, gran artista, gran mujer, me enseño
que debía ser siempre sincero. Fui un niño tranquilo, siempre me gustó pintar,
mi padre fue poeta, escribía décimas, tocaba cuatro y cantaba. Me regalaba
colores y yo pintaba mucho, me gustaba
dibujar de todo, me acostaba en el piso y pintaba. Fui monaguillo en la iglesia
de Porlamar. A los trece años me enviaron a hacer una pasantía en un seminario
de Cumaná y llegué con una sotana pero cuando el sacerdote me vio, dijo:
“Quítate eso tu no naciste para ser cura, tu naciste para pintar”.
Comenzó a
pintar afiches para las películas del cine Paramount de Porlamar. A los 15 años
recibió una beca del estado de 100 bolívares para ir a estudiar a la escuela de
Artes Plásticas y Aplicadas en Caracas, en donde tuvo la oportunidad de
instruirse bajo la tutela de dos grandes de la plástica Margariteña: Pedro
Ángel González y Francisco Carreño
“Una tarde mi padre estaba en el
chinchorro, no sabía como decirle que tenía una beca para ir a Caracas a
estudiar pintura. Di vueltas a ese chinchorro hasta que me decidí y se lo dije.
Su respuesta fue: Si eso es lo que quieres, vete. Mi padre siempre me
comprendió y me apoyó.
-¿Cómo
fue ese viaje a Caracas?
-La primera vez que fui a Caracas, fue
en el barco de los Castañeda, estuve un tiempo en la casa del actor Raúl
Amundaray, aún estaba en pie el Hotel Majestic, aquel grande… era el edificio
más alto de la ciudad. En la Escuela de Artes, pasamos por todas las
disciplinas como, vitrales, dibujo,
pintura, tallado, tejido, moldeado, cerámica
y grabado. Teníamos que hacer todo. Recuerdo que trabajar con plomo me hizo
mucho daño. En aquella época, Marcos Castillo marcó una gran influencia en mí.
Premio
Nacional de Artes Plásticas
En 1949, Vásquez Brito viaja a
Argentina a realizar un curso de Litografía con su primera esposa, Elba Mary: vivíamos
en una habitación bastante espaciosa donde ella posaba para mí. Allí realicé
varios desnudos y retratos, entre ellos “Placidez” con el cual gané en 1950 el
Premio Nacional de Artes Plásticas.
Fueron 5000 bolívares con los cuales
viajaría más tarde a Europa. “Tenía un compañero, Ángel Hurtado, quien también
quería ir a Europa, pero no tenía medios económicos. Así que decidí compartir
mi pasaje. Hablé con Alfredo Boulton, le pedí cambiar el pasaje de avión por
dos de barco, nos fuimos con 5000 bolívares y conocimos Europa, ahora con eso
no tomas ni un taxi para ir al Sambil”.
Su
obra
A través de su vida artística, su obra
ha pasó por varias etapas. De la figuración al abstraccionismo geométrico,
luego al informalismo, etapa de la cual desaparecieron casi todas sus obras y
en la cual, según el artista están las bases de su pintura. “Con el paisajismo,
abandoné la figura humana, mis lienzos los preparo antes de pintar para lograr
la textura que me gusta. Para mí es muy importante seguir lo que siento cuando
estoy trabajando y lograr transmitirlo. Por eso me satisface mucho cuando
alguien me dice que al ver mis lienzos siente tranquilidad y paz”.
La
música y la poesía, otras facetas del artista
Otra faceta menos conocida del artista
fue la de cantante. Cantaba en la radio
y en los años 60 grabó un disco acompañado por el trío Cantaclaro, con los
hermanos Pascual y Dámaso García. También le gustaba leer y escribir en sus ratos libres.
“En las mañanas me despierto muy
temprano a pintar y a escuchar música. No tengo un tiempo definido para ningún
cuadro. Solo sigo pintando hasta que vea que no me pide más, entonces lo firmo”.
En 1970 da inicio al taller de creatividad
infantil “Los Ñeritos”. Era un grupo de niños que se reunía todos los sábados
en la casa de Nilda, la peluquera del Tirano, donde los buscaba Vásquez Brito
para llevarlos a su casa. Allí pintaban con el maestro, luego tenían una hora
de encuentros e historias con Ángel Félix Gómez y finalmente recibían clases de
música con la musicóloga Evelia de Rivas, que venía desde Caracas todos los
fines semana solo para esto.
-¿Qué es la Pintura?
- Es la misma existencia
-¿Qué es lo que se plantea
cuando se enfrenta a un lienzo en blanco?
-Yo comienzo y van saliendo cosas
-¿Qué lo inspira?
- El mar, esa transparencia, ese
remanso, la luz de Margarita que es muy bella. Recrear un recuerdo, una cosa
interna que queda por allí y la manifiesto.
-¿Cómo nace cada obra?
- Me levanto muy temprano, después de desayunar, voy a mi taller y pongo un
disco de música clásica, Beethoven o Mozart y comienzo a pintar. Con el
paisajismo abandone la figura humana, preparo mis lienzos para lograr la
textura que me gusta. Me gusta pintar el
horizonte la luz de Margarita, el azul del mar, ese remanso, cada vez más
limpio y con menos elementos. Para mi es muy importante transmitir lo que
siento, por eso me satisface mucho
cuando alguien me dice que al ver mis lienzos siente tranquilidad, paz.
-¿Qué hace en sus ratos libres?
- Me gusta escribir poesías que guardo en hojas sueltas y también me gusta
leer, ahora estoy leyendo "El regreso del idiota" de Plinio Apuleyo
Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa
- Algún artista que haya sido
su referencia o haya influido en su visión del arte
- Muy joven, como estudiante de la Escuela de Artes Plásticas conocí a Reverón,
yo lo visitaba todos los sábados en su casa en Macuto, lo veía pintar y eso
para mi fue muy importante..
-¿Cómo ve el movimiento
artístico a nivel regional y nacional?
- Se está trabajando, hay pintores como Gabriela Millán y en la escultura me gusta mucho
Valentín Malaver.
-Haciendo un balance de su vida
artística, diga un momento especial, muy importante para usted
-La Escuela de Artes Plásticas, las
conversaciones con los maestros Marcos Castillo y Pedro Ángel González. fueron
fundamentales para mí. Mi vida en Coche a la edad de los 8 años, pintar las
Tetas de María Guevara, el inicio de lo que es mi obra hoy, naturalmente con
menos elementos
-Algún recuerdo de sus visitas
a Reverón
- Conversábamos mucho, todos los
sábados hasta que un día sentí un malestar por la forma en que me hablaba. De
repente me dijo:” sal, me tocas la puerta y cuando yo te pregunte quien es tú
me dices: Reverón”. Yo salí toque la puerta y cuando le dije que era Reverón,
me respondió: “pase adelante Reverón”…en ese momento supe que estaba mal y a
los pocos días se lo llevaron.
Ramón Vásquez Brito, viudo tres veces, siete
hijos, seis hermanos, una vida marcada por el éxito y la tragedia, merecedor de
innumerables premios y reconocimientos logró ganarle al cáncer apostándole a la vida y disfrutó ese triunfo
haciendo lo que le gustaba…pintar. Tiñendo
con blancos y azules, ese horizonte que llevaba
grabado en el corazón desde su infancia y fluía a través de pinceladas,
en cada lienzo como un tributo a su
Margarita querida.
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