martes, 22 de marzo de 2011

Inca Zabala





“LA ESCULTURA ME HA CONVERTIDO EN ESCLAVO DE MI MISMO”.

  • Las obras del artista  pueden verse en la colectiva “De la Armonía y lo Diverso”, que se exhibe en la Galería Freddy Villarroel del Centro de Artes Omar Carreño.

(Desirée Depablos CNP/ 4.762)  Más de cuatro décadas de trabajo ininterrumpido en  las artes, investigando e indagando, han permitido al escultor  Inca Zabala, desarrollar su propio lenguaje para expresarse. El resultado podemos verlo en la colectiva “De la Armonía y lo Diverso”, que se exhibe hasta el 27 del mes próximo en la Galería de Artes Freddy Villarroel del Centro de Artes Omar Carreño de La Asunción.
             “En mi trabajo, es primordial el color  y la libertad de los diseños, no me encasillo. Son formas puramente geométricas,  la fusión de las matemáticas y las bellas artes. La línea, forma, valor y color, que son los elementos plásticos, se relacionan con las coordenadas matemáticas X, Y y  Z. Trabajo con las tres coordenadas pero en algunos casos específicos, elimino alguna y obtengo un resultado más sintético, menos complejo, más libre.”, explica el artista.
Inca Zabala inicia sus estudios de arte a los 13 años, de la mano del maestro Braulio Salazar en la Escuela de Artes Plásticas en Valencia, continuó en  la Escuela de Artes Plásticas Armando Reverón de Barcelona,  con el maestro Pedro Barreto y luego en busca del encuentro con la filosofía de la Escuela Bauhaus ingresa al Instituto de Artes en Chicago, donde hace la maestría en Bellas Artes.


En Chicago, en busca de una expresión propia, hace muchas serigrafías y se acerca a la geometría, “La perseverancia hace que la misma obra te reclame algo más, así llegaron los relieves en la pared y luego, la escultura. No eres tu quien se lo plantea, es la misma obra la que lo exige. A estas alturas, pienso que  una obra es consecuencia de la otra. A medida que vas terminando una pieza, la otra comienza a nacer, el taller se constituye en tu vida y llegas a ser esclavo de ti mismo”.
En su obra,  enmarcada dentro del movimiento constructivista resaltan los colores fuertes y puros, en diseños que el cataloga como libres. “Una vez que la pieza está lista,  busco su relación con la naturaleza, en este caso una cobra, ranas, un cactus, una visión azul”,  acota al mostrar las obras exhibidas.   
            El escultor concluye con una afirmación: “El arte es algo muy importantes, es testimonio de las épocas. La escultura es algo que me ha esclavizado…me he convertido en esclavo de mi mismo”. 


Fotos Desirée Depablos

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